Pecas milenarias

Esas chispas que aparecen de a poco, moteando la piel como lienzo rociado por el tiempo y casi siempre custodiadas de suspiros y quejas, de pronto nos sorprenden cuando al tropezarlas un día, manos y brazos visten el tatuado poroso del invierno que se acerca. 

Ya no recuerdo cómo eran mis manos de niña. Esa envidiable limpieza típica del tejido virgen. Como decía mi madre, – A unos más a otros menos, pero los años siempre van rayando el guante- .

Y tenía razón. Ya algunas llegaron garabateando los míos. También mis hermanos, los que quedan y los que levantaron las velas, fueron coronados con las caprichosas y veteadas pecas color café, herencia de la abuela. 

Se de muchos mayores que por afortunada genética aunque llevan el alma repleta de cicatrices, lucen una piel pulida y pareja.

Pero estas traviesas pecas nuestras parecen divertirse armando fiestas. Son distintas de tamaño, color, muy claras o muy oscuras, otras se mezclan y bailan libres, variables, inestables, indecisas, inquietas. Una verdadera replica del universo y sus estrellas. 

Lo cierto es que mis manos muy parecidas a las de mis hermanos nunca fueron bellas. Nunca se percataron de su hembra naturaleza.

Recuerdo de joven, las hermosas y gráciles manos de mi prima. Aunque ella era más bien algo brusca sus manos resultaban ridículamente femeninas. Sus dedos de perfecto tamaño eran parejos en la base, y adecuadamente se iban alargando hasta ser coronados con largas y afiladas uñas, que al pintarlas parecían las de una reina. 

Mientras que mis manos, anchas con dedos flacos y demasiados huesos, lucían en el medio un piñón más ancho que el resto. Simulaban más las manos de una momia disecada que las de una muchacha que soñaba con escribir versos.  

Pero ahora muchos años después, con menos pretensiones y necesidades estéticas, reviso todo lo que he hecho y quiero darles su reconocimiento.

Les doy gracias a mis manos por su tamaño, su fuerza, y por lo mucho que he aprendido con ellas. 

De niña me acompañaron al dibujar los primeros trazos. Tome la mano de mi madre en la calle y me sentí segura. Tanto mundo descubrí de estudiante sobando libros y tecleando letras. Y por un tiempo escribí sueños imposibles seducida de amor, luego de rozar con mis dedos unos labios llenos de pasión. 

Con mis manos también probé la dulzura de la más bella caricia en mis hijas, desenredando cabellos, remendando disfraces y cocinando papillas.

Y por largo tiempo seguí los caminos de mi hermano el artista, quien generoso y salvándome de una desdicha, me mostró la belleza del gres, y aprendí entonces que con ellas, podía hacer magia con la arcilla.

Con la fuerza de mis manos también apreté una cámara y me adentré por los maravillosos caminos del cine, la pasión en el pecho desbordó mi alma y conté feliz cuanto pude, aunque no cuanto quise. 

Hoy me pregunto al tropezar con mis pecas de familia, entendiendo que mis manos siguen fuertes y no pretenden detenerse, ¿Que vienen las pecas milenarias a decirme con tanto desarreglo y confusión?.  

Me responde el recuerdo de una mañana con aroma de arepas recién hechas, cuando escuché a mi abuela advertirle a mi madre – Ay hija, no hay que darle mucha vuelta, cuando las pecas llegan, solo están avisando que te estás poniendo vieja-. 

19 respuestas a “Pecas milenarias”

  1. Avatar de scarletsalazar4e1b418c27
    scarletsalazar4e1b418c27

    Muy sabias tus palabras Marianella. Cada punto nuevo en la piel significa vivencias y experiencias imborrables. Brindemos por la vida!!! Que vale la pena !!!!

    Le gusta a 1 persona

    1. Brindemos siempre!! Gracias Scarlet!!!

      Me gusta

  2. Amiga siempre tan acertado tu verbo , hay que celebrar cada peca en nuestra piel.

    Me gusta

    1. Gracias amiga!!! Que vivan las pecas!!

      Me gusta

      1. Hola Mana, hermosa y muy reflexiva la conceptualizacion, de las Bellas Pecas que marcan una diferencia en nuestros cuerpo ¡Vivan las Pecas!

        Le gusta a 1 persona

      2. Asi es! Bellas las pecas!!!🌻

        Me gusta

  3. Una muy buena descripción del quehacer de las manos, gracias a las mías.

    Le gusta a 1 persona

    1. Muy hermosas serán siempre las manos hacedoras!!

      Me gusta

  4. Sé,, que las manos siempre han sido para ti imagen de inspiración. «Carmelitas» las llama mi mamá a esas pequitas.
    Creo que este post es uno de los que más me ha gustado.

    Le gusta a 1 persona

    1. Gracias Maria!! Me gusta «Carmelitas», lo agregare al diccionario!!!

      Me gusta

  5. Mari, una vez más tus escrito y la sutileza de expresarte para deleitar una bella lectura, gracias y la imagen de la flor, una comparación perfecta de la pecas de lo hermoso a la que pronto se va envejeciendo

    Le gusta a 1 persona

    1. Agradecida de tus hermosas palabras y feliz de poder conmoverte. La fotografía la tome en mi patio, una mañana afortunada🥰

      Me gusta

  6. Muy bueno el artículo prima a veces nos cuesta asumir que no queremos que lleguen las pecas ,pero es una realidad de la vida y un privilegio a la vez en llegar a tenerlas.

    Le gusta a 1 persona

    1. Gracias!! Totalmente de acuerdo que es un privilegio estar pintadas con ellas! Prima dime tú nombre por favor, el comentario sale anonimo🥰

      Me gusta

  7. Avatar de Ninoska Di Ferdinando
    Ninoska Di Ferdinando

    Que hermosuraaaa de historiaaaaaa!! 💗💗💗👏👏👏👏💗💗💗💗💗💗💗

    Le gusta a 1 persona

    1. Gracias!!! 😍😍😍🌻🌻

      Me gusta

  8. Excelente!! Te digo algo? Cuando leo lo que escribes no puedo evitar recordar a mis abuelos y a mí papá y a mí mami… Gracias!!

    Le gusta a 1 persona

      1. ✋🏻🤚🏻

        Me gusta

Deja un comentario