
Cruzar la esquina
Recuerdo de niña que cada cumpleaños terminado en cero era motivo de celebración especial. Se decía que, a partir de los diez años, cada década ofrecía un nuevo escenario para las mujeres. Le llamaban “cruzar la esquina”. Pero junto a los retos y riesgos que venían con cada fiesta, como es el crecer, los amores, los sueños, y por supuesto la vejez, llegaban también los decretos que activaban la temible cuenta regresiva, para el cumplimiento de las expectativas de los demás.
Aunque las cosas no han cambiado mucho y se siguen versando canciones en torno a las décadas femeninas, hoy quiero caminar por esos costados de la vida, para regodearme en lo cotidiano y su particular tinte de ironía, humor, alegría y desventura, ya sin creer en decretos, ni queriendo cumplir expectativas. Solo con la mirada de una mujer que ya cruzó, entre otras cosas, la quinta esquina, algunos amores y una pandemia.
En Mujeres en la esquina
Las abuelas, madres, hermanas, primas, hijas y amigas, son la madera para tallar las historias. Siempre con mucha verdad y, como en el cine, también con mucha ficción.
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