El aire trae un rumor de guitarra silente,
A Henry Alejandro Aguilera, hermano querido.
de baquetas quebradas,
de platillos colgados,
de partituras gastadas.
Los Beatles ahora mudos,
atraviesan la calle despacio.
Quieren la guitarra sonar
y contigo celebrar,
Henry Alejandro.
Montan corcheas plateadas
y cabalgan fugaces por el cielo.
Un «Yesterday» melodioso
evocan en su canto,
y tu les sonríes feliz,
vas en un velero navegando.
Las millones de estrellas
que mirabas con afán,
se turnan ahora en un brillo solemne,
quieren seguir las señales inquietas
de tus ojos chispeantes de sueños,
escribiendo tus libros,
descubriendo el mar,
y tus fascinantes presagios,
buscan adivinar.

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