Categoría: Poesía
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Paradero de sombras
Foto tomada de istock Miradas que esquivan callejones en ruinas, abismo que roza escenarios, uno de esplendor y belleza, otro, donde duele el frío y la pobreza. Como huesos fracturados, como ojos ensangrentados. El confuso farol enmohecido alumbra siluetas y charcos, rivaliza con la cerilla del anciano abandonado. A la vuelta de la esquina relucientes…
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Olas profanas
Y regresaron los sueños, volé de nuevo. Volvieron las caricias, tus manos recorriendo mi cuerpo, tus pocas risas, el mar salado, y mis versos.
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Aroma de miel
Sonrisa bonita y ojos preguntones rostro fino y aroma de miel, que le dirían las mariposas en el camino, para que en un giro decidiera su vida y en firmes puntillas bailara ballet.
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La guitarra silente
El aire trae un rumor de guitarra silente, de baquetas quebradas,de platillos colgados,de partituras gastadas. Los Beatles ahora mudos, atraviesan la calle despacio.Quieren la guitarra sonary contigo celebrar, Henry Alejandro. Montan corcheas plateadas y cabalgan fugaces por el cielo. Un «Yesterday» melodioso evocan en su canto,y tu les sonríes feliz,vas en un velero navegando. Las millones de estrellas que mirabas con afán,se…
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La noche siguió de largo
Somos almas y piernas entrelazadas que fácil se acoplan y funden latidos. Amor del bueno, amor tranquilo, y sobre mí el divino peso de tus brazos dormidos.
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De nuevo soledad
…y alcance a colgarme en el grácil vuelo de las gaviotas, puede que me tilden de loca, pero ya no te temo, soledad.
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Eterno lazo perfumado
¿A quién serviré de cobijo por el resto de la vida? Seno rebosado de amor y miel.
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Sueño de cumpleaños
Quiero un pastel de besos y de estrellas quiero soñar que atravieso fronteras y llego a mundos pacíficos repletos de flores, verde y violeta. Quiero deleitarme con el aire perfumado de las azucenas.
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Agradecida del viento
Recordarme a mi misma y el poder que llevo dentro afilando los ojos, las manos y la risa avivando historias guardadas resucitando la propia vida.
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Niñez petrolera
Corríamos porfiados tratando de alcanzar tramposos espejismos plateados …éramos libres
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La palabra no dicha
La tristeza baño sus ojos y entorpeció la sonrisa, extraña de su niño hasta el doloroso gemido, y para tratar de mantenerlo vivo, durante un tiempo recorrió sus mismos caminos, y en la humedad del gres lo abrazó de nuevo.